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Se dice que para juzgar a alguien hay que haber estado en sus zapatos. Un refrán que quizá se acomode a una mujer excepcional, quien creció en el vecindario de Nodine Hill, en Yonkers, cuando las drogas y la criminalidad inundaban sus calles, pero que decidió que su camino sería distinto, sería ayudar a los menos privilegiados en las cortes.
Esa mujer es la jueza hispana Ada Medina, quien antes de convertirse en juez, se desempeñó como jefe de región en la Sociedad de Ayuda Legal de Westchester, una organización sin fines de lucro que brinda representación legal gratuita en tribunales penales, y de familia, a personas que no pueden pagar un abogado.
La jueza Medina fue nombrada por el alcalde Mike Spano para completar el período en el cargo del ahora Juez de la Corte Suprema de Nueva York, Thomas Quiñonez.
“En estos momentos me encargo de casos civiles pero después de dos años ya podré encargarme de casos criminales”, indica la jueza, quien apenas tiene menos de 90 días en el cargo, pero que ya enfrenta una elección especial, para renovarle la confianza en el puesto y el voto de los electores del Partido Demócrata será vital en ese objetivo.
Por lo pronto, la Jueza Ada Medina ya tiene el respaldo unánime del Comité Demócrata del Condado de Westchester.
La graduada con honores de la Escuela Secundaria Gorton, recuerda con cariño sus épocas escolares y le envía un mensaje a las estudiantes de las Escuelas Públicas de Yonkers: “¡Yo quiero ser su inspiración! Quiero que ellas sepan que pueden ser todo lo que quieran ser. Mientras estudien y que escojan una carrera en la que puedan ponerle pasión para lo que hacen… Lo más importante en una carrera, es que cuando te levantes [de tu cama] te guste ir al trabajo. No es tan bueno despertarse en la mañana y no querer ir a trabajar. Es horrible”.
Para la jueza Medina no fue fácil llegar hasta donde está. Y mientras por un lado ella quiere inspirar a otros. Ella tambien tuvo dos figuras que la inspiraron. “El juez Michael A. Martinelli fue un mentor para mí. El y el juez Quiñonez me han apoyado para llevar a este punto”, sostuvo.
Y pese a que tenía en su cabeza que ella quería una abogada, en algún momento de su vida flaqueó.
“Yo en realidad quería ser abogada desde que tenía 13 años. Lo difícil no fue en la carrera, sino cuando empecé en la Escuelas de Leyes, los primeros dos meses fueron los más difíciles. Tuve momentos en que no quise seguir y llamé a mi mami [Ada] y le dije que no creía que iba a poder lograrlo y ella me dijo: «¿Quuuué? Por el teléfono básicamente ella me dio ese fuego, ese calentón para seguir adelante y lograr lo que yo que quería desde niña. Ese fue el momento en que cambió mi vida”, indica la Jueza Medina.
Y aunque apenas tiene semanas en el cargo pero después de ver la carrera ascendente del juez Quiñonez uno se imagina que ella quiere seguirle los pasos, pero ella afirma que no. “Quiero seguir como jueza de Yonkers por muchos años”, puntualiza. Su futuro lo ve convirtiéndose en la primera jueza hispana en ocupar el cargo de Jefa Administrativa de la Corte de Yonkers.
Para noviembre, la jueza la tiene clara, lo importante es votar. Por ello, la jueza Medina le pidió a los votantes con énfasis: “Tenemos que tener nuestra voz y para tener esa voz, tenemos que votar”.